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En ocasiones es difícil saber cuando nuestros perros tienen problemas de comportamiento. Identificamos fácilmente lo que a nuestro parecer, choca con la convivencia y los estándares sociales (ladridos, destrozos, tirar de la correa, etc), pero nos cuesta mas identificar emociones básicas como miedo, frustración, ansiedad o estrés. Problemas graves, como la agresividad hacia otros perros o hacia personas son casi siempre derivados de alguna de estas emociones que por la general las personas no saben identificar y mucho menos tratar.

Evidentemente, la agresividad es un comportamiento que se rechazan, pero que habitualmente se intenta eliminar con correcciones y castigos, haciendo que el problema se agrave en muchos casos. Nosotros trabajamos el problema desde la raíz, reconociendo el origen de esas conductas para darles una solución real y no un simple parche que inhiba en comportamiento. Si un perro muerde por miedo, para nosotros no es suficiente con que deje de morder o de ofrecer el comportamiento, sino que buscaremos la forma de eliminar ese miedo que provoca la agresión, y así dar una solución real, duradera y saludable para el animal.